Cortesía y Cordialidad.

por chamlaty

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En cierta ocasión Tomás Jefferson, quién entonces era presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, caminaba por una vía de la capital junto a un importante empresario.

 

Mientras hablaban de diversos asuntos, un esclavo negro se cruzó con ellos y al reconocer al estadista lo saludó con gran cortesía. El presidente devolvió el saludo con mucha amabilidad y el empresario quedó sorprendido por el hecho, diciendo:

– Pero señor presidente, ¿Cómo es posible que usted se moleste siquiera en saludar a ese esclavo negro?

– ¿Cree usted – contestó Jefferson – que es bueno que un esclavo supere a un presidente en normas de cortesía y urbanidad?

En nuestra vida cotidiana ¿somos capaces de comportarnos como el presidente o más bien pensamos como el empresario?

¿Cuántas veces juzgamos y tratamos a los demás en función de nuestra posición económica, laboral y/o social?

¿Cuántas veces dejamos de saludar al que barre en la calle o el que maneja un autobús?

¿Cuántas veces vemos con desdén al peatón que se nos atraviesa?

¿Cuántas veces tratamos a conserjes y personal doméstico como seres inferiores?

¿Cuántas veces en el trabajo damos a nuestros superiores un mejor trato que el que ofrecemos a nuestros subordinados?

¿Cuántas veces nuestros amigos reciben más atención que nuestra pareja o nuestros hijos?

¿Cuántas veces…….?

¿Seremos capaces un día de tratar a todo el mundo por igual sin importar el dinero, la posición social, el color de la piel, la nacionalidad, su posición política y/o su fe religiosa.

 

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