El asno, el perro y el lobo

por chamlaty

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Caminaban muy despacio y agotados por el sol un asno, con su carga de pan, y su amo seguido por su perro. Es así que llegaron a una pradera verde donde el amo cansado y agotado por la caminata realizada, echó a dormir bajo la sombra de un árbol.

El asno se fue a comer algo de pasto que había en la pradera cuando de pronto el perro, que también estaba muy cansado y hambriento, le dijo:

– Estimado asno, yo también tengo hambre, ¿Me darías un poco de pan que hay en la cesta que llevas encima por favor?

A lo que el asno le respondió:

– Mejor ¿Por qué no esperas un rato más hasta que despierte el Amo y te dé el mismo de comer?

El perro, al escuchar la respuesta del asno, se dirigió a otro lado de la pradera. Es entonces que, mientras que el asno seguía comiendo su pasto, apareció un hambriento lobo que se abalanzó de inmediato sobre el asno para devorarlo. Sorprendido, gritó ayuda al perro:

– ¡Socorro! ¡Sálvame amigo perro!

El perro, respondió:

-Mejor, ¿por qué no esperas un poco más hasta que despierte el amo y te salve?

Moraleja
Debemos enseñar a nuestros hijos la importancia de ser generosos, de brindar siempre que tengamos la posibilidad. En un mundo como el nuestro, tan marcado por el individualismo y por las posesiones, las personas que son solidarias valen un montón.

En la fábula, el asno, teniendo la posibilidad de regalarle un poco de pan al perro para que no sufriera por el hambre, decidió decirle que debía esperar a que el amo le brindara pan. Aunque el asno bien pudo hacerlo.

Y rápidamente el destino le pasó factura. Por eso, siempre es importante brindar un poco de lo que tengamos. El destino siempre pasa factura.

 

 

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