El coyote y las uvas.

por chamlaty

Una tarde muy soleada, un coyote iba caminando y el estómago le rugía de hambre. De repente, nota en la cima de un árbol que hay un racimo de hermosas uvas moradas e intentó alcanzarlas apoyándose en sus patas traseras, pero no llegó.

Intentó alcanzarlas saltando, pero tampoco llegó; una y otra vez fallaba hasta que sus patas ya no podían más y entonces cayó al suelo extenuado.

Estando tumbado en el suelo, se pudo dar cuenta que dos pajarillos la estaban observando; levantándose, se sacudió el polvo y se marchó diciendo.

-Mejor paso de esas uvas, seguro están verdes-

Retomó así su camino, y en cuanto ya había ganado distancia, los pajarillos picotearon las uvas y éstas cayeron al suelo, donde se dieron un banquete.

Mirando de lejos, el coyote pensó:

-Tal vez si hubiese pedido ayuda, estaríamos comiendo los tres-.

Moraleja

No son pocas las ocasiones donde el orgullo puede más que la inteligencia. Si en lugar de hacernos los mejores, los fuertes y los orgullosos, pidiéramos ayuda o intentáramos hacer algo diferente, las cosas se conseguirían de una forma más sencilla.

Pero, en cambio, lo que sucede en la vida real es que fácilmente nos conformamos con decir que eso es imposible, que es un objetivo inalcanzable, y que pasamos directamente de ello.

Sin embargo, a veces lo único que hace falta es pedir ayuda a alguien que pueda, junto a nosotros, conseguir ese objetivo. Siempre es mejor compartir el premio que perderlo todo.

 

 

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