El toro y las cabras.

por chamlaty

En una verde pradera vivían un toro y tres cabras. Estos animales habían crecido juntos y eran verdaderos amigos. Todos los días el toro y las cabras jugaban y disfrutaban de la pradera.

Era normal que estos cuatro amigos jugaran, sin embargo, para un perro viejo y vagabundo que rondaba por la misma pradera, esta escena resultaba extraña. Las experiencias de la vida del viejo perro le impedían entender cómo aquellas cuatro criaturas podían ser amigas y llevarse bien entre sí.

Un día, el perro confundido decidió acercarse al toro y preguntarle:

– Señor toro, ¿cómo es que un animal tan grande y fuerte como usted puede pasar los días jugando en la pradera con tres pequeñas cabras? ¿No ve usted que esto puede resultar extraño para los demás animales? Este juego puede afectar su reputación. Los demás animales van a pensar que usted es débil y por eso se relacionan con esas tres cabras.

El toro meditó sobre las palabras del perro, sin querer convertirse en el hazmerreír de los demás animales. Él quería que su fuerza no fuera subestimada. Por esta razón, decidió alejarse de las cabras, hasta que dejó de verlas.

El tiempo pasó, y el toro se sentía solo. Echaba en falta a sus amigas cabras, ya que para él ellas eran su única familia. Ya no tenía con quien jugar.

Al meditar sobre sus emociones, el toro entendió que había cometido un error grave. Se había dejado llevar por lo que otros pudieran pensar, en vez de hacer aquello que le nacía. De esta forma, se dirigió hacia sus amigas cabras y les pidió disculpas. Afortunadamente, hizo esto a tiempo y las cabras le perdonaron.

El toro y las cabras siguieron jugando todos los días y fueron felices en la pradera.

Moraleja

Nunca debes abandonar lo que te hace feliz por algo que harás sólo para complacer a los demás.

Lamentablemente, no son pocas las veces que cometemos este error. Y lo pagamos con la soledad, con los malos tratos, con la incomodidad de no encontrarnos a gusto donde estamos, y con la insatisfacción de pensar que hemos desperdiciado las oportunidades.

En cambio, los que actúan y piensan de acuerdo a su felicidad, siempre encontrarán un camino lleno de praderas verdes para conocer, para disfrutar, y para compartir con las personas que para él son importantes.

 

 

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