SIPRED y los sistemas PIRATAS…

por chamlaty

 

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A continuación muestro una conversación de los colegas @hommy16 y @frankgamez1 en twitter, lo cual me hizo recordar el tema tan comentando y por el cual muchos colegas que elaboramos dictámenes para efectos fiscales están preocupados; la actualización de sus sistemas de computo y la revisión de las licencias de los software requeridos  en base a  las especificaciones que nos esta solicitando el @satmx para el procesamiento de los dictámenes.

sipred

 

Ya que el NUEVO SIPRED, nos esta señalando las siguientes especificaciones;

Software

ºSistema Operativo Windows 7, Vista y XP, con Service Pack 3 o superior.

ºMicrosoft Office 2010 ó 2007 con Service Pack 2, con versión 12.0.6545.5004 o superior.

SIN DUDA MUY CONTROVERTIDO, SI MICROSOFT, PODRA DETECTAR QUE ESTAMOS USANDO SOFTWARE “PIRATA” PARA EL SIPRED.

 

Les dejo la siguiente nota, relacionada con el TEMA.

Bill Gates a consumidores: «Usen software pirata. Pero que sea de Microsoft»

El negocio de Microsoft radica en la venta de licencias para el uso de su software. Por lo tanto, pareciera que a sus accionistas no debería causarles ninguna gracia la proliferación de software pirata. ¿O sí?

¿Puede una compañía de software beneficiarse de la proliferación de software pirata de sus propios productos? En principio, pareciera tratarse de una perversión del sentido común.
Sin embargo, señala una investigación de BusinessWeek, para Microsoft la ecuación tiene perfecto sentido. El relajamiento de las exigencias de cumplimiento de las leyes de propiedad intelectual podría ser clave para el crecimiento de largo plazo de la compañía.
La curiosa paradoja surge de una combinación de dos factores: ciclos de producto y expansión de los mercados de China e India.
El MS Windows posee actualmente el 90 por ciento de los mercados estadounidense y europeo de los sistemas operativos. Allí, la enorme mayoría de los usuarios, acostumbrados al software de Microsoft, siguen escogiéndolo incluso cuando existe un competidor gratuito como Linux.
Así, en estos mercados maduros, tiene perfecto sentido presionar por el establecimiento de férreos controles de propiedad intelectual que aseguren que cada usuario de Windows disponga de una licencia oficial.
No obstante, la situación estratégica es diametralmente opuesta en China e India, donde millones de personas están accediendo a su primera computadora y necesitan instalar un sistema operativo.
Ahora bien, dado que estos millones de nuevos usuarios son prácticamente vírgenes en materia de computación, en principio se muestran indiferentes entre Windows y Linux. Por lo tanto, a la hora de tomar una decisión, el precio es una variable fundamental.
Pero claro, una copia original de Windows resulta casi prohibitiva para el grueso de los consumidores de la región mientras que Linux puede conseguirse gratuitamente de manera legal. De esta forma, las preferencias se inclinan hacia la instalación del software de código abierto.
«Pero… ¿cuál es el problema?», dirá un novato en la industria del software, «si los usuarios no pueden pagar el software legal, que no lo utilicen. ¿Por qué la empresa habría de regalar su producto?»
Sin embargo, la situación es infinitamente más compleja. En efecto, tras la guerra de los sistemas operativos se esconde el multi millonario negocio de las aplicaciones como Outlook y MS Office. Y las probabilidades de que Microsoft pueda quedarse con este mercado dependerán, en gran medida, de la cantidad de usuarios que previamente hayan instalado Windows.
Así llegamos al núcleo de la cuestión. Si la compañía de Bill Gates se pone sumamente estricta con el cumplimiento de la ley, es probable que logre reducir la cantidad de software pirata y sume algún puñado de dólares a sus ingresos de corto plazo.
No obstante, los costos de largo plazo pueden ser altísimos. En efecto, esta política probablemente hará que el mercado asiático de los sistemas operativos quede en manos de Linux. Así, el sistema creado por el célebre Linus Torvalds seguramente terminará quedándose también con el mercado de las aplicaciones.
Por el contrario, si Microsoft relaja sus exigencias de cumplimiento de las leyes de propiedad intelectual, su facturación de corto plazo se reducirá en China e India. Sin embargo, aumentará notablemente la cantidad de usuarios de Windows. En el futuro, cuando Windows se haya convertido en el estándar de la región, Microsoft podrá volver a la carga para asegurarse de que las aplicaciones sí sean compradas legalmente.
Y, en este marco, se comprende una frase que Bill Gates habría pronunciado durante 2006: «En caso de que los consumidores indios y chinos usen software pirata, quiero que sea software pirata de Microsoft».

En definitiva, aquí nos encontramos con un caso donde la estrategia legal es un componente de la estrategia global de crecimiento corporativo. Al fin y al cabo, la ley también puede ser una variable para maximizar el retorno para los accionistas. Y hacer la «vista gorda» en el corto plazo puede ser la mejor manera de asegurar resultados positivos en el futuro.
De la redacción de MATERIABIZ
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