Suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, 10 excelentes reglas, disminuye tus preocupaciones financieras.

por chamlaty

Algunas de las lecciones que aprenderá son:

• Cómo eliminar el 50% de las preocupaciones laborales inmediatamente.

• Cómo reducir la ansiedad financiera.

• Cómo dejar de estar cansado todo el tiempo.

• Cómo encontrarse a sí mismo… y ser usted mismo.(recuerde que no hay nadie en el planeta idéntico a usted).

Una obra fascinante que cambiará su vida, un clásico de Carnegie que le enseñará a vivir cada día con alegría y tranquilidad.

Si su más grande preocupación no tiene solución, ¿por qué preocuparse? Si esta gran preocupación tiene solución ¿por qué perder el tiempo preocupándose?

La respuesta a estas dos preguntas no son sin embargo tan sencillas. La preocupación y el estrés paralizan a más seres humanos que cualquier otra enfermedad conocida, y los laboratorios científicos sólo nos ofrecen antídotos de consecuencias imprevisibles.

Pero usted puede hacer algo distinto a medicarse.

Este libro le proporcionará unas técnicas probadas por más de nueve millones de personas de un sistema mundialmente reconocido y de muy fácil aplicación. Le ayudará a canalizar sus energías de forma que usted pueda controlar su vida, en lugar de que su vida le controle a usted.

El despilfarro de energía, la angustia mental y los desajustes nerviosos estorban los pasos de la persona que siente ansiedad por el futuro o el pasado. Cultivemos el hábito de vivir la vida día a día, lo cual no significa que no hagamos esfuerzo alguno para preparar el futuro. El mejor modo de prepararse para el mañana es concentrarse, con toda la inteligencia y entusiasmo, en hacer hoy el trabajo de hoy, en forma excepcional.

Stephen Leacock escribió: “¡qué extraño es nuestro breve paso por la vida! El niño dice: cuando sea grande. El chico grande dice: cuando sea mayor. El mayor dice: cuando me case. El casado: cuando me retire. Cuando llega el retiro, se vuelve la vista hacia el camino viajado, parece correr por él un viento frío. Hay algo que no se ha logrado y que desaparece. La vida, según lo aprendemos demasiado tarde, está en vivir, en el tejido de cada día y cada hora.”

Esta es la regla número uno para suprimir sus preocupaciones

Winston Churchill trabajaba 18 horas diarias durante la segunda guerra mundial. Cuando se le preguntó si no le preocupaban sus tremendas responsabilidades, contestó: “estoy demasiado ocupado. No tengo tiempo de preocuparme”.

Pero ¿por qué una cosa tan sencilla como ocuparse elimina la ansiedad? Porque es imposible para cualquier persona, por brillante que sea, pensar en más de una cosa al mismo tiempo. En el campo de las emociones no es posible que nos mostremos a la vez entusiasmados por algo interesante que estamos haciendo, y abrumados por la preocupación. Una de las emociones anula a la otra.

Recuerde la regla número dos: ocúpese. La persona preocupada debe perderse en la acción, si no quiere marchitarse en la desesperación.

Disraeli dijo: “la vida es demasiado breve para ser pequeña”. Frecuentemente dejamos que nos perturben cosas tontas que deberíamos despreciar y olvidar. Contamos con varias décadas para vivir, y perdemos muchas horas irremplazables en rumiar agravios, que al cabo de un año habrán sido olvidados por nosotros y por todo el mundo. Dediquemos nuestras vidas a acciones y sentimientos que valgan la pena, a las grandes ideas, a los afectos verdaderos y a las acciones perdurables.

La regla número tres para vencer la preocupación es: no se detenga en insignificancias.

El filósofo William James dice: “acepta que sea así. La aceptación de lo que ha sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia”. No sólo las circunstancias nos hacen felices o infelices – lo que determina nuestro modo de sentir es nuestra reacción ante las circunstancias.

Para acabar con el hábito de la preocupación antes de que ésta acabe con nosotros, lregla número cuatro es: cooperemos con lo inevitable.

La regla número cinco es: póngale un límite a su preocupación.

El señor Saunders contaba que de joven solía preocuparse por todo: los errores cometidos; antes de un examen no dormía y luego de presentarlo tampoco, por temor a ser reprobado, pensaba en lo que había dicho y cómo pudo mejorar sus palabras, etc. Hasta que un día, en clase, un profesor derramó a propósito una botella de leche sobre la alcantarilla. El profesor del dijo: “¡No lloremos nunca por leche derramada!, la leche ya desapareció, todo lo que hiciéramos ahora por reconquistar una sola de sus gotas sería en vano. Con un poco de atención y cuidado la leche jamás se habría derramado, pero ahora es demasiado tarde. Lo único que podemos hacer es olvidarla y pasar a la cosa siguiente.”

Dicho de otro modo, todos podemos aserrar la madera pero no el aserrín. Este ya ha sido aserrado, y así ocurre con el pasado. Cuando uno comienza a preocuparse por cosas que han pasado, no hace otra cosa que aserrar el aserrín.

De allí que la regla número seis sea deje de preocuparse por las cosas que ya pasaron, ya que no puede hacer nada al respecto.

Si tenemos pensamientos felices, seremos felices. Si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo. Si tenemos pensamientos enfermizos, nos vamos a enfermar. Si nos dedicamos a compadecernos, todo el mundo huirá de nosotros. Existe una gran diferencia entre inquietarse y preocuparse: la inquietud significa comprender los problemas y tomar con calma las medidas para solucionarlos. La preocupación significa dar vueltas enloquecedoras e inútiles a un asunto.

El señor Whaley sufrió de un colapso nervioso antes de su matrimonio, todo le preocupaba, no tenía un empleo suficientemente estable, se sentía agotado y enfermo. Se fue a Florida para cambiar de ambiente, y cuando llegó se sentía peor y cada vez era más terrible su sufrimiento.

Recordó que su padre le había escrito una carta, y la leyó: “hijo mío, estás a 1.500 millas de casa y no te sientes nada mejor ¿cierto?. Sabía que sería así, porque te llevaste contigo la única causa de tus zozobras, que eres tú mismo. No hay nada que ande mal en tu cuerpo o espíritu. No son las situaciones que has pasado lo que te ha puesto así, sino lo que tu piensas de esas situaciones. Cuando comprendas esto vuelve a casa hijo, porque estarás curado”. Le hizo caso y con el tiempo su vida cambió por completo – aprendió que sus pensamientos debían trabajar para él y no en su contra.

La regla número siete es: piense y actúe animosamente y se sentirá animado.

Muchas veces nos agobiamos hasta el cansancio por las cosas que sentimos que no tenemos. Por ese trabajo que no conseguimos, por las deudas, por las metas no alcanzadas, por todo. Sin embargo esta frase resume todo: “estaba afligido por no tener zapatos, hasta que vi a quien no tenía pies”.

Aproximadamente un 90% de las cosas de nuestras vidas están bien y un 10% mal. Si queremos ser felices, todo lo que debemos hacer es concentrarnos en el 90% que está bien, y pasar por alto el 10% restante. Si queremos estar preocupados y acabar enfermos, todo lo que debemos hacer es concentrarnos en el 10% que está mal y pasar por alto lo demás. Usted puede cambiar la percepción que tiene de su desdichada vida, si le dedica unos minutos al día a fijar la atención en todas las increíbles riquezas que posee.

¿Vendería usted sus ojos por mil millones de dólares? ¿qué estaría dispuesto a perder por sus dos piernas o manos? ¿por sus hijos, por su familia? Sume todas las partidas y verá que no vendería lo que posee por todo el oro que hayan acumulado los Rockefeller, los Ford y los Morgan juntos.

Esta es la regla número ocho aprender a valorar lo que se tiene y dejar de preocuparse por lo que no se tiene.

La cosa más importante de la vida no es capitalizar las ventajas. Lo que verdaderamente importa es beneficiarse con las pérdidas; esto exige inteligencia y marca la diferencia entre un hombre de juicio y un necio.

Por tanto, la regla número nueve es, para cultivar una actitud mental que nos procure paz y felicidad hagamos limonada cuando el destino nos entregue un limón.

Piense: pasaré por este camino sólo una vez. Por lo tanto, cualquier bien que pueda hacer o cualquier afecto que pueda mostrar, debe ser hoy. No debo posponerlo o descuidarlo, porque no pasaré de nuevo por este camino. Si usted quiere eliminar la preocupación, cultivar la paz y la felicidad, olvídese de sí mismo interesándose en los demás. Haga cada día una buena acción que provoque una sonrisa en el rostro de alguien.

La regla número nueve es recordar: cuando es bueno para los demás, es mejor para usted mismo.

La crítica injusta es frecuentemente un cumplido disfrazado. Significa muchas veces que hemos provocado celos y envidias. Recordemos que nadie golpea a un perro muerto.

Haga las cosas lo mejor que pueda – después abra el viejo paraguas y procure que la lluvia de críticas no le moje.

Lleve un registro de las tonterías que hemos cometido y critíquese usted mismo. Como no puede ser perfecto, pida una crítica imparcial, útil y constructiva de alguien que le tenga aprecio.

De esto se trata la regla número diez: no deje que las críticas le preocupen.

Cómo disminuir sus preocupaciones financieras

Para disminuir sus preocupaciones financieras, siga estas reglas:

  1. Consigne los hechos por escrito. Los expertos opinan que si llevamos la cuenta por escrito de todo lo que gastamos durante un tiempo, tendremos la suficiente constancia de cómo se va nuestro dinero y estaremos en condiciones de hacer un presupuesto.
  2. Haga un presupuesto a la medida que atienda verdaderamente sus necesidades, con el fin de procurarse una sensación de seguridad material, que se traduce en seguridad emocional y liberación de las preocupaciones.
  3. Aprenda a gastar juiciosamente.
  4. No aumente su nivel de vida, sólo por mejorar nuestros ingresos.
  5. Trate de construir su crédito, por si llega a necesitarlo.
  6. Protéjase contra la enfermedad, el incendio y los gastos extraordinarios.
  7. No disponga que el importe de su seguro de vida sea pagado a su viudos de una sola vez.
  8. Enseñe a sus hijos el valor que tiene el dinero.
  9. En caso necesario, obtenga algún dinero con actividades adicionales. Si por alguna razón sus ingresos no le alcanzan, puede intentar conseguir dinero extra con alguna otra actividad adicional.
  10. No juegue…jamás. Ni en carreras de caballos, ni en juegos de azar .
  11. Si no le es posible mejorar su situación financiera, sea bueno con usted mismo y deje de lamentarse de lo que no puede ser cambiado.

GRACIAS CARNEGIE¡¡¡¡¡¡   MOTIVANTE¡¡¡

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