El jinete y el elefante.

por chamlaty

Maravillosa analogía que nos comparte Jonathan Haidt, para comprender como funcionan nuestros dos sistemas (carácter emocional y carácter racional). Así de simple como tu lado emocional es como un Elefante, y tu lado racional es su Jinete.

Cuando estos dos sistemas miran para el mismo lado, y caminan en la misma dirección en busca de iguales objetivos, no hay conflictos y todo funciona de maravilla. Lo complicado aparece cuando las necesidades de ambos son diferentes, y cada uno va por su lado.

El Elefante es grande, fuerte e impulsivo, y el Jinete es astuto, pero muy pequeño y débil en comparación.

Debido a su inteligencia, el Jinete sabe cómo situarse a lomo del Elefante para dirigirlo, sujeta las riendas y parece llevar la voz cantante pero, dada su diferencia de tamaño, su control no deja de ser precario, débil e inestable, y cada vez que el enorme Elefante se rebele contra el Jinete, y quiera tomar otra dirección, el Jinete perderá.

Todos hemos pasado y seguiremos pasando por multitud de situaciones en que nuestro Elefante se rebeló y se impuso a nuestro Jinete:

*Al quedarte a dormir cuando sabes que tienes un mundo de actividades por hacer.

*Al comer y comer alimentos de te alejan del tu bienestar cuando lo requieres.

* Al fumar uno y otro cigarro cuando tu cuerpo te grita que requieres dejar el cigarrillo.

*Al postergar la realidad de esos que tanto deseas por comodidad o miedo.

Y todo eso que tu y yo hemos vivido y más…

Ese Elefante, tu parte emocional, tiene una debilidad muy clara: es perezoso y caprichoso, y normalmente prefiere la gratificación inmediata (descansar, comer dulce, apegarse a vicios, sentirse a gusto) a esperar para obtener resultados a largo plazo (ser productivo, estar más sano).

Recuerda los esfuerzos de cambio que haces y fracasas,  todo por culpa de ese elefante, simplemente por que al jinete se le dificulta mantener al elefante en el camino, en ocasiones los caminos requieren esfuerzos a corto plazo para obtener recompensa a largo plazo.

El Jinete tiene su principal fortaleza en la capacidad de pensar a largo plazo, de reflexionar y de planificar en busca de sus objetivos. Y es con esto que trata de oponerse a la necesidad de gratificación inmediata del Elefante. Pero sus fortalezas están íntimamente relacionadas con sus debilidades, ya que su gran capacidad de análisis suele desembocar en que no deja de darle vueltas a las cosas, tendiendo a analizar todo demasiado y a pensar en exceso. Y como te he mencionado tanto análisis causa parálisis.

Aunque tampoco todo son flaquezas en el Elefante dado que las emociones son su territorio, y es de ellas que saca su enorme fuerza y su motivación: amor, compasión, generosidad, lealtad, simpatía, valor, instinto de protección, y también miedo, odio, rencor, furia, frustración, el dolor que siente cuando necesita defenderse. Todo esto es lo que cultiva e impulsa su determinación en pos de un objetivo, ya sea este noble o despiadado.

Cuando te mueves en pos de una meta, de un cambio, el Jinete aporta la planificación y la dirección, y el Elefante aporta la motivación y la energía, y es cuando Elefante y Jinete se mueven al unísono transitando el mismo camino, que el cambio puede producirse fácilmente.

Sin embargo, cuando Jinete y Elefante no coinciden en la senda a seguir, es cuando se complica…

El Jinete puede continuar su camino temporalmente sujetando las riendas con fuerza para someter al Elefante (es lo que hacemos cada vez que usamos nuestra fuerza de voluntad), pero no puede ganar la batalla indefinidamente a un animal tan enorme y fuerte, porque acabará exhausto.

Recuerda el autocontrol es un recurso limitado que se agota, y esto es precisamente lo que sucede cuando no sabemos mantener motivado a nuestro Elefante en la búsqueda de nuestro objetivo.

Seguro estás de acuerdo que la rutina diaria que vivimos cada día, en ocasiones nuestras tareas y actividades las realizamos en automático.

De hecho la mayoría de nuestros comportamientos son automáticos, y esto es así, porque nuestra capacidad de control o supervisión consciente de nuestra conducta es muy limitada, y es de forma inconsciente el encargado de llevar a cabo todos esos automatismos necesarios para nuestra supervivencia.

Hasta que nos llega el momento querer cambiar las cosas que intentamos influir en estos comportamientos automáticos de manera consciente, y cuanto mayor sea el cambio que pretendemos llevar a cabo, porque se trata de un comportamiento muy arraigado, mayor será el esfuerzo necesario y más agotador resultará el proceso, ya que acabaremos rápidamente con nuestra capacidad de autocontrol.

Algunas personas creen que el cambio resulta difícil porque piensan que la gente es perezosa o se resiste a cambiar, pero en realidad no se trata de eso: el cambio resulta difícil porque la gente se agota. Si, agotamos nuestra limitada capacidad de autocontrol, y se agotan nuestros ‘músculos mentales’, esos que necesitamos para pensar con claridad y creativamente, para concentrarnos, para inhibir nuestros impulsos, y para persistir frente a la frustración o el fracaso. Sabes en ocasiones lo que semeja pereza es en realidad agotamiento.

Considera que todo cambió que quieras hacer, requieres que el Jinete y Elefante caminen en la misma dirección, y que se refuercen en base a sus fortalezas: el Jinete aportará la dirección y el Elefante la motivación.

Consideraciones precisas:

Si solo tienes dirección puede que el Jinete consiga arrastrar y guiar al Elefante durante un tiempo, pero el esfuerzo que esto le supondrá hará que termine por agotarse.

Si solamente tienes motivación te moverás sin sentido y sin un destino claro, y acabaras perdiendo por mil y un caminos sin llegar nunca a buen puerto.

Es verdad que un Elefante desmotivado puede arruinar todos tus esfuerzos por cambiar, pero también el Jinete tiene sus propios problemas por ser egocéntrico, analizarlo todo en exceso y darle mil vueltas a las cosas.

Si el Jinete no está totalmente seguro del camino a seguir, puede acabar guiando al elefante en círculos que no lleven a ninguna parte, asegurando así el fracaso.

Distingue entre lo que parece resistencia o falta de claridad.

Elementos con los que ya cuentas:

• Tu Jinete y tu Elefante particular que están obligados a convivir. Cada uno de ellos está especializado en una forma de hacer las cosas, y tiene unas fortalezas y unas debilidades determinadas.

El Jinete destaca por su capacidad de reflexionar y de planificar a largo plazo, pero su debilidad consiste en que tiende a darle demasiadas vueltas a las cosas, y a enredarse.

El Elefante obtiene su gran fuerza y motivación de los sentimientos y las emociones, pero es perezoso y caprichoso y le gusta conseguir rápidamente todo lo que quiere.

Pasos a seguir:

PASO 1 – Dirigir al Jinete: Muchas veces lo que parece resistencia no es más que falta de claridad, por eso es muy importante tener muy clara la dirección que vamos a tomar.

PASO 2 – Motivar al Elefante: Lo que solemos tomar por pereza suele ser agotamiento. El Jinete tiene una capacidad limitada para dirigir al Elefante en contra de su voluntad, por lo tanto es muy importante saber llegar a su lado emocional, a lo que le motiva, y ofrecérselo para que coopere.

PASO 3 – Allanar el camino: Muchas veces lo que parece un problema de la persona suele ser un problema de la situación. El camino es la situación, las circunstancias, el entorno que nos rodea, y si allanamos el camino poniéndonoslo fácil haremos que el cambio sea más probable, independientemente de lo que pase con Jinete y Elefante.

Una alternativa más para generar cambios…

Fuente: Te invito a leer «Hipótesis de la Felicidad» de Jonathan Haidt

 

Visto en www.milibretacoaching.com

 

www.actualizandome.net

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