El Budismo Zen JAPONES.

por chamlaty

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El Budismo Zen ha tenido  una profunda influencia en la civilización japonesa, china, india y occidental por su capacidad de inspirar a escritores, artistas, pensadores, religiosos, etc. En esta ponencia se pretende describir las características fundamentales de esta religión asiática y como ha influido en las diferentes civilizaciones, tratando de responder fundamentalmente a la pregunta: ¿Qué relación puede tener el Budismo Zen con nuestra vida cotidiana, con la civilización que nos rodea y en la que estamos inmersos?

La doctrina del Zen hace énfasis en los siguientes fundamentos de sus enseñanzas:

1. La recuperación de la simplicidad y de la sencillez.

2. La posibilidad de hallarlo todo, paradójicamente, al perderlo todo.

3. Un especial entusiasmo en la riqueza del vacío.

4. La inexistencia de un principio y un fin. Tan solo existe el vacío.

  • «No digas: es imposible. Di: no lo he hecho todavía.»
  • «Solo en la actividad desearás vivir cien años.»
  • «Si vas a creer todo lo que lees, mejor no leas.»

Sólo practica el bien.  Haz el bien a los demás, sin pensar en lo que a tí te pueda reportar a modo de recompensa.  De verdad,  beneficia a los demás sin beneficiarte a tí mismo.  Este es el requisito indispensable para liberarse de los apegos del Ser.   – Dögen Zenji –

Sin duda,  no hay otra cosa que el único propósito del momento presente.  La vida entera de un hombre se basa en una sucesión del momento después del momento.  Si uno comprende el momento presente en su totalidad,  no habrá nada más que hacer y nada más que perseguir.  Vive siendo fiel al único propósito del momento presente.   – Yamamoto Tsunetomo –

Un poema Zen dice así: “El camino perfecto carece de dificultades, excepto la de negarse a admitir preferencias, solo cuando se ha liberado del odio y del amor se revela plenamente y sin disfraces, una diferencia de un décimo de pulgada es lo que separa al cielo de la tierra. Si quieres verlos con tus propios ojos, no debes tener pensamientos fijos, ni a favor ni en contra. Todo es adecuado y a la vez nada es adecuado”¨

El Zen abarca todos los dominios de la vida popular japonesa: La arquitectura, la poesía, la pintura, la jardinería, los ejercicios físicos, el artesanado, el comercio, el arte del té, el arte de disponer flores (ikebana) las escuelas y los monasterios.

En Japón la política y la religión han estado íntimamente conectadas a lo largo de la mayor parte de la historia japonesa. El Zen es una de las ramas del budismo japonés que tuvo una estructura centralizada por la élite militar. Era la única de estas ramas que había sido importada recientemente de China. El Zen fue promovido por los primeros sogunes, con el objetivo de fortalecer  el prestigio y la legitimidad de los guerreros, por eso llegó a llamarse “la  religión de los samuráis”.

Quedan huellas de la influencia militarista en el zen japonés y al mismo tiempo influencias zen en el espíritu militar de Japón.

El estado del budismo zen cambió radicalmente en el siglo XVII, con el rechazo el zen cultural e intelectual de la Edad Media y el establecimiento de nuevas y pujantes escuelas para la enseñanza del zen. Al terminar las guerras civiles, se estableció con todo el Japón la Paz Tokugawa, facilitando a los estudiantes su peregrinación para recoger las tradiciones desperdigadas  de la práctica medieval de zen.

A mediados del siglo XIX al ser reemplazado el tercer sogunado por el régimen imperial y con el final del aislamiento radical del último Japón feudal, el budismo zen fue sometido a nuevas presiones. Desde dentro del país, se le atacó como religión extranjera al establecerse el Estado sintoísta encabezado por el emperador. Esta tendencia antiextranjera y antibudista estaba respaldada por extremistas de un movimiento intelectual xenófobo llamado Estudios Patrióticos ( Kokugaku), que había surgido en el siglo anterior y que ya había alcanzado un gran prestigio. Muchos templos budistas fueron confiscados y convertidos en templos sintoístas.

El budismo en el Japón contemporáneo es acusado con frecuencia de estar moribundo, incluso entre sus propios residentes monásticos y máximos teorizantes, por no hablar de sus críticos externos. En las publicaciones japonesas sobre zen se reconocen diversas facetas de esta inercia, pero rara vez desenraizan sus causas esenciales, ni tampoco se discuten con franqueza en el zen de exportación. Su comercialización en Occidente, junto con la explotación del interés occidental por el zen o por las formas culturales que derivan de él para reforzar la imagen de Japón, ha militado en contra de una información libre de prejuicios y de una valoración objetiva.

Unas de las  formas de la cultura japonesa que parece estar fuertemente influenciada por ciertos aspectos del bushido-zen y que exige un examen crítico en el Occidente  contemporáneo, es el estilo de formación jigoku (infierno) utilizado en la educación japonesa y en el desarrollo personal

En un mundo cada vez mas globalizado por las ideas, la cultura, la información, donde lo que está cada vez mas es la ley del mas fuerte, el más rápido, el más inteligente, sumándole todo esto las catástrofes mundiales como guerras , el terrorismo, los problemas ambientales, la pobreza, la  desigualdad mas creciente entre los hombres. Donde la incertidumbre y la inestabilidad son los protagonistas de esta era en la que estamos viviendo resulta entonces interesante como contrasta las diferentes religiones en los diferentes países y que papel juegan en el entorno cada vez más complejo.

Partiendo de nuestros tiempos, cada vez toma mas relevancia muchas religiones que defienden sobre toda las cosas la paz y la tranquilidad espiritual entre los hombres. En el contraste de lo que defiende cada religión y lo que realmente esta ocurriendo en el mundo es signo de alarmante preocupación.

El Budismo Zen es parte de un fiel ejemplo de lo que es experimentar la tranquilidad espiritual, haciendo énfasis sobre todo a la renuncia de todo aquello que provoca el sufrimiento en el ser humano como son las ambiciones, el egoísmo, las aberraciones, los deseos y las pasiones,  todas estas emociones que en su mayoría están siendo utilizadas por aquellos que tienen el poder en detrimento de otros hombres.

El budismo Zen es más que una filosofía, es un modo de vida muy difícil de conquistar pero que conlleva increíbles beneficios al ser humano para su práctica constante hay que tener mucha fuerza de voluntad y estar convencido del Zen.

En Japón el budismo se manifiesta en todas las facetas de la vida nipona y ha llegado para quedarse, reflejándose en cada japonés.

Ernesché Rodríguez Asien  (CV)
Universidad de la Habana, Cuba
rodriguezasien@yahoo.es

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