El hijo del Rey Dragón.

por chamlaty

Había un anciano llamado CHU. El tenía unos 60 años, había hecho muchas cosas buenas a lo largo de su vida.

Antiguamente, transportarse era muy difícil, él destino mucho de su dinero a realizar caminos y puentes para que la gente pudiera trasladarse con mayor facilidad. La gente necesitaba acudía a él quien siempre los ayudaba, todos siempre tenían buenas cosas que decir de él. Un día vio a un pescador camino al mercado  y observo que traía un pescado  hermoso con unas marcas rojas tan brillantes como el fuego y unos ojos brillantes como las estrellas, el viejo CHU pensó que sería una lástima  comer un pescado tan precioso, por lo que lo compró a un buen precio y lo puso en una charca, sintiéndose muy bien por ello. CHU sabía que ya era muy viejo y que no viviría para siempre. Poco tiempo después se sintió muy débil y desanimado, pensó que seguramente ya le faltaba poco por vivir.

Estando enfermo y débil un pequeño sirviente entró y le dijo «Sr CHU, mi amo me ha enviado a que le diga que se encuentra invitado a comer con él». CHU no reconoció al sirviente, pero pensó que salir sería bueno y una comida fuera le podría levantar su espíritu. Por lo que siguió al muchacho y en el camino pensó «Realmente debo estar enfermo, todo parece nebuloso y brillando como oro a la vez» Poco después se encontró frente a un palacio adornado con pilares esculpidos y vigas pintadas. Un signo sobre la puerta sobre decía el PALACIO DE CRISTAL. ¡Extraño! ¿No es el nombre del palacio del dragón?  dijo el viejo CHU.  Al poco tiempo vino su anfitrión, un hombre muy impresionante con impresionantes cejas, ojos grandes y cinco largas patillas. Después de haber charla un poco, el viejo CHU averiguó que el anfitrión no era otro que el mismísimo REY DEL DRAGÓN. Juntos disfrutaron un gran banquete con delicias del mar y la tierra. 

El REY DEL DRAGÓN dijo al viejo CHU «¡uno de mis hijos estaba jugando el otro día afuera y fue secuestrado por un bandido que iba a matarlo! Afortunadamente usted estaba ahí para salvarlo, por eso estamos muy agradecidos. En realidad su tiempo sobre la tierra  está terminando, pero como usted ha rescatado un dragón  en el aspecto de un pescado, usted se ha ganado  el derecho de vivir más tiempo. He preparado esta singular comida  para expresar mi gratitud  y explicarle ello. Apenas puedo aceptar su generosidad, contestó el viejo CHU.  En adelante haré aún más buenas acciones para mostrar mi profunda gratitud. 

Después de su banquete, el viejo CHU se despertó  en la cama con el estómago lleno y dijo «eso debió ser un sueño ¿pero por qué estoy tan satisfecho?  Él hizo muchas buenas acciones más y murió plácidamente sin ningún sufrimiento a la edad de 120 años. 

Parábolas budistas.

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